Si una guerra civil se acerca o no dependerá del grado de estoicismo que prevalezca entre las multitudes de Deplorables .
I hear the sons of the city and dispossessed
Get down, get undressed
Get pretty but you and me
We got the kingdom, we got the key
We got the empire, now as then
We don’t doubt, we don’t take direction
Lucretia, my reflection, dance the ghost with me
— Sisters of Mercy, Lucretia my Reflection
El 11/9 fue el preludio. 6/1 es el Santo Grial.
El 11/9 abrió las puertas a la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT en ingles), más tarde suavizada por el Equipo Obama al estatus de Operaciones de Contingencia en el Extranjero (OCO en ingles), incluso cuando se expandió suavemente al bombardeo, abierto o encubierto, de siete naciones.
El 11/9 abrió las puertas al Patriot Act, cuyo núcleo ya había sido escrito en 1994 por un tal Joe Biden.
El 6/1 abre la puerta a la Guerra contra el Terrorismo Doméstico y a la Ley Patriota del Infierno, 2.0, en esteroides (aquí está el borrador de 2019), las 20,000 páginas completas surgiendo casualmente del mar como Venus, el día después, de las protestas en Capitolio, inmediatamente listas para ponerse en función.
Y como compañero inevitable del Patriot Act 2.0, habrá guerra en el extranjero, con el regreso lleno de fuerza, libre de cargas, de lo que el ex analista de la CIA Ray McGovern bautizó memorablemente como el complejo MICIMATT (Militar-Industrial-Congresional-Inteligencia-Medios-Academia-ThinkTanks).
Y cuando MICIMATT empiece la próxima guerra, cada protesta será calificada como terrorismo doméstico.
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